Vistas de página en total

jueves, 29 de agosto de 2013

Enseñanzas del Maestro Omraam, en su obra: "Caminad Mientras Tengáis Luz" DESCARGAR LIBRO PDF

Se comparte hermosísimas Enseñanzas del Maestro Omraam, en su obra:

 "Caminad Mientras Tengáis Luz"

 en la que sucintamente se nos ilustra:


1.- Que los humanos somos perfectamente capaces de intelectualmente comprender dónde está el bien y el mal; tanto a lo que se refiere a nosotros mismos como a los demás, pero repetidamente continuamos cometiendo los mismos errores una y otra vez. 



Y a pesar de que se nos explica, exclamamos comprender y aceptar lo que se nos enseña; aún así, hacemos lo contrario de lo que aseguramos entender. ¿Por qué? Debido a que no sólo basta con dirigirse a al intelecto humano (La mente, del cuerpo mental concreto), sino que es preciso tocar otras fibras más superiores que la mente, como las del Ser, el Ego o el triple Espíritu


Por tanto, uno no se puede fiar mucho de quien dice: ¡Sí, comprendo!, pues si sus pensamientos y deseos le empujan hacia una dirección determinada, es allí a donde irá a parar. Esto también sucede cuando tratamos de mejorar nuestra vida: El pensamiento y el sentimiento pueden estar de acuerdo; pero varía mucho, de ahí a que la voluntad consiga vencer los malos hábitos, la pereza y el egoísmo. E incluso, para quien descubre y ama la verdad, se puede decir que es allí, cuando comienzan las verdaderas dificultades. 



Pues se vislumbra que se puede recibir y amar la Luz (Del triple Espíritu o del Ego), pero cuando se trata de lograr que la materia psíquica (De los cuerpos mental concreto y emocional o astral) se someta a la Luz del Espíritu con el fin de ser impregnada por ella, ¡Dios mío, cuánto tiempo, qué difícil es! Por un instante es dócil y maleable; pero de repente, tal materia se resiste y rebela, tomando ventaja que conlleva a empezar de nuevo. Pero no hay que desanimarse; porque poco a poco, con la voluntad del Espíritu Divino o Átmico, la imaginación del Espíritu de Vida o Búdico, y las ideas del Espíritu Humano o del Alma, la materia psíquica termina cediendo a la fuerza de la Luz del Espíritu



Cuando estamos en dificultades y sometidos a pruebas de la vida; de repente tomamos conciencia de nuestra ignorancia y debilidad, para decirnos: «¡Si hubiera sabido!» Pudimos haber sabido, porque en cierto momento se nos dieron todas las condiciones para aprender, ejercitarnos y reforzarnos; pero desperdiciamos tales condiciones. La vida del Espíritu siempre requiere esfuerzos; y quizás otras actividades o preocupaciones nos parecieron en aquél momento, más importantes. 



Nos preguntamos: «Y ahora, ¿es demasiado tarde?». No, ¡nunca es tarde!, el camino de la vida es largo, infinito y otras condiciones nos serán dadas en ésta o en otra existencia. Por lo que procuremos no desperdiciar las oportunidades que se nos presenta en un momento dado; cuando están todas las condiciones dada para ello (Espirituales, mentales, emocionales o astrales y físicas), huyendo de las dificultades por el dolor que causa, debido a que con ello no podremos adquirir consciencia y tendríamos que decirnos una vez más: ¡Si lo hubiera sabido! Se nos proporciona una Luz, que ilumina nuestro camino; y cuando se nos presente un problema, usemos ésa Luz para alumbrarlo y superarlo ¡decidámonos a caminar! Jesús decía: «La Luz estará todavía entre vosotros por poco tiempo. Caminad mientras tengáis Luz, para que las tinieblas no os sorprendan» La Luz de la que habló Jesús; no es evidentemente la luz del día por oposición a la oscuridad de la noche, representa las buenas condiciones internas y externas que nos son dadas para progresar.





2.- En el espacio hay tres dimensiones en la que nos movemos diariamente; ya que tenemos la posibilidad de ir hacia adelante y atrás (Largo), hacia arriba y abajo (Alto), a la derecha y a la izquierda (Ancho). En sí, son seis direcciones que pueden representarse por tres líneas que se cortan en ángulo recto. Tales seis direcciones del espacio, se relacionan con los tres principios que constituyen el ser humano. 




La dirección adelante-atrás (Largo), está representada por el intelecto o la mente, la dirección arriba-abajo (Alto) corresponde a la del corazón o a las emociones del cuerpo emocional o astral; y la dirección de derecha-izquierda (Ancho) es la de la voluntad o la del Ego o Espíritu que produce actos. 



Por lo que podemos decir que nuestra actividad, se despliega en ambos lados. La mayoría de las tradiciones asocian simbólicamente la derecha al bien; y la izquierda, al mal. 



Cuando se dice de alguien que sigue el camino de la izquierda; ello supone, que la persona está obrando mal. Pero en realidad, todas las direcciones son buenas; bien sea la de adelante o atrás, arriba o abajo, derecha o izquierda, a condición de que las utilicemos con discernimiento, pues las oposiciones que se han establecido entre ellas sólo tienen un valor simbólico. Y el lenguaje simbólico es la matemática de las ideas; que resume en algunos principios muy simples, las realidades más complejas.




Este simbolismo de la derecha y de la izquierda lo encontramos en la palabra de Jesús: «Cuando des limosna; que tu mano izquierda ignore lo que hace tu mano derecha» Las manos actúan influidas por la voluntad del Espíritu; porque ambas manos, son las expresiones de la actividad humana. En realidad, la mano derecha y la izquierda que menciona Jesús representan, las dos naturalezas del ser humano: Su naturaleza superior o espiritual; e inferior, o material. Y cuando la mano derecha; la naturaleza superior, quiere actuar y hacer el bien (Dar limosna), requiere ser prudente para que la mano izquierda o la naturaleza inferior, no ponga obstáculos. 



La naturaleza inferior está permanentemente ocupada en tramar asuntos turbios, obligando a la naturaleza superior a estar constantemente en alerta para observar lo que sucede; y en caso necesario, intervenir para restablecer el orden. Quien está arriba, debe saber lo que sucede abajo. Un responsable requiere conocer lo que hacen sus subordinados. De igual modo, es necesario que los padres vigilen a sus hijos; porque si escapan a su vigilancia, pueden cometer toda clase de tonterías, tener accidentes, etc. Lo mismo que la mano derecha y la mano izquierda son los instrumentos de un único cerebro; el bien y el mal son dos corrientes procedentes de la misma Fuente; y por esto, se puede decir que son las dos manos de Dios. 




Un día; al final de nuestra evolución hacia lo espiritual, lograremos descubrir esta Fuente única. Pero por el momento vivimos en la dualidad, y siempre debemos tener en mente el consejo de Jesús: «Que tu mano izquierda ignore lo que hace tu mano derecha»; para evitar, todo aquello que pueda desviamos del buen camino.


3.- Desde muy jóvenes, algunos niños hablan de lo que quieren hacer cuando sean mayores; pero cuando son adultos, a menudo, hacen otra cosa. Pero como esta actividad no se corresponde necesariamente al temperamento del niño; o a lo que tienen predestinado, durante años luchan para realizar el programa que se han impuesto y fracasan. No es difícil hacer un programa; lo arduo, es cumplirlo. 



La solución a este problema se halla en las palabras de Jesús: «No os preocupéis por el día de mañana, porque el día de mañana se preocupará de sí mismo: A cada día le basta su propia malicia.» Con despreocuparse del día de mañana, Jesús nos enseña a manejar un programa para un sólo día. ¿Por qué? Una vida se divide en años de doce meses, los meses tienen entre veintiocho y treinta y un días, cada día posee veinticuatro horas, una hora sesenta minutos; y un minuto, sesenta segundos. 



Todos estos períodos están solapados unos con otros, se comunican y se encadenan sin discontinuidad. Por lo que basta con sólo organizar correctamente las actividades de hoy día; para que eslabón tras eslabón, toda la cadena se suceda armoniosamente y se complete el programa para la eternidad. Entonces; día tras día, lentamente y con seguridad, se ejecuta sin ser verdaderamente consciente de ello, el programa que los Señores de los Destinos han inscrito en nosotros. Por el momento, no podemos tener una idea clara de dicho programa; pero con el transcurso de los años, cuando se vuelva la vista atrás para analizar todo lo que se ha vivido, el itinerario y el programa se nos revelará claramente. 



El mañana únicamente está asegurado, con el comportamiento de hoy. No preocuparse del mañana supone ocuparse del día de hoy, el cual reclama toda nuestra atención y cuidado para vivirlo con la mayor consciencia posible. ¡Cuánta gente olvida el presente y sólo piensa en el futuro!. No inquietarse por el mañana entraña que nos concentremos en el día de hoy; puesto que el mañana todavía no existe, e inquietamos por él, es como si nos lanzáramos al vacío para perdemos. Debemos trabajar sobre el día de hoy, porque el hoy no muere, únicamente se prolonga y se convierte en el mañana. Cuando llegamos al final de lo que llamamos hoy, decimos que es mañana; por lo que mañana, fue primeramente hoy. Pero el mañana nadie lo ha visto, ni probado, ni tocado; únicamente existe teóricamente, es una abstracción. 




En el instante que llega, ya no le llamamos mañana sino hoy. El futuro es una proyección; de los recuerdos del pasado, y sólo el presente es el verdadero tiempo de nuestra vida. Quien se preocupa del día de mañana olvida vivir en el presente; y jamás sabrá cómo éste presente o ahora, puede convertirse en un eterno presente o en el umbral de un mejor y nuevo año. Cuando se vive recordando constantemente el ancho pasado que no podemos cambiar; o haciendo proyecciones hacia el angosto futuro que no existe, morimos en el ahora.




4.- La puesta del Sol representa el fin de este ciclo que es un día; pero en el lenguaje simbólico, un día no es sólo el periodo de veinticuatro horas que así lo llamamos, esto también puede simbolizar un mes, un año o una vida. Antes de que el Sol se ponga, es el período de la vida física; después de que se ponga el Sol, es el tiempo de la vida astral en el purgatorio. 



En hebreo la palabra iam significa mar y oeste; es decir, la región del cielo donde se pone el Sol. El Alma humana cuando abandona el cuerpo físico en la muerte se pone al oeste, viéndose obligada a atravesar el gran mar o el plano astral. Después; si el Alma puede dar un paso al más allá por sus méritos y nivel de consciencia, continuará hacia el este donde sale el Sol, para encarnarse nuevamente. Por lo que enn el momento que abandonamos ésta tierra debemos reconciliamos; es decir, estar en armonía con todas las criaturas. 



Y si hay algunas con las que tenemos conflicto, no debemos permitir que dure tal situación, sino hacer las paces con ella. Si no, esto se grabará en nosotros como una deuda a pagar. Pero habrán personas a quienes jamás podremos volver a ver; y otras, que nunca querrán reconciliarse con nosotros. Sí; es cierto, pero con el pensamiento podemos buscar a estas personas: Y en nuestro corazón y Alma, hacer las paces con ellas. 



El Sol que se alza marca el principio de un día; y en este comienzo del día, si tenemos proyectos, estamos libres de modificarlos, realizarlos o no. Pero cuando el Sol se pone; es decir, al final del día, lo que está hecho queda hecho, ni más ni menos. También se puede comparar un día con el período durante el cual una mujer tiene a su hijo en su seno: Mientras lo lleva; con sus pensamientos y sentimientos, puede influir sobre el niño para que siga el camino de la Luz. Y su nacimiento; que aquí todos consideramos como un comienzo, es en realidad el final de un proceso de condensación o de cristalización comparable de alguna manera, a la puesta del Sol. Los seres y las cosas comienzan existiendo en el estado sutil (En el plano Espiritual); y su materialización (En el mundo físico), no es más que el final de un proceso. Esto es cierto en todos los terrenos; incluyendo por ejemplo, en el de la salud. 



Antes de manifestarse una enfermedad, ya existe en el plano invisible mental, como un desorden o una anomalía. Si logramos concientizamos de ello con la suficiente antelación; antes de que se ponga el Sol, se curará la enfermedad. De lo contrario, debemos padecerla; y ¡cuánto tiempo y dificultades requerimos superar, para lograr su completa curación! Tratemos de concientizamos, de que nuestros pensamientos, sentimientos y actos no sólo producen consecuencias en un momento y en un lugar determinado en el mundo físico; también en el plano invisible, estimulan fuerzas benéficas o maléficas que no se sabe hasta dónde ni hasta cuando actuarán. 




Y antes de que el Sol se ponga, a cada quien se le da un plazo bastante largo; con un cierto número de años, pero una vez transcurrido dicho tiempo, para aquel que no ha pensado en reparar sus errores, pagar sus deudas o que no ha sabido hacerlo, una vez que «el Sol se ha puesto», se aplica la ley del karma. Todo está grabado, porque todo deja una huella; y el día en que hay que pagar, no es posible llegar a un arreglo amistoso como se dice: Si no se ha solventado la cuestión antes de la puesta del Sol, se deberá pagar hasta lo último.




5.- Por todas partes en el Universo, no hay más que vida sin límites. Por ello, no debemos rezar para salvarnos de la muerte, sino ¡para dejar de sobrevivir y aprender a vivir! No digamos que vamos a morir, sino que ¡vamos a vivir! No pongamos en nuestro ánimo la idea de prolongar nuestra existencia; sino más bien de aprender a vivir ésta, y la vida del más allá. Evidentemente, algunos temen a la muerte porque se separan de sus familias o amistades queridos; pero cuando el Alma se halla en el otro mundo, será mucho más libre. 




Porque en la Tierra lo único que conocemos de las personas es muy poco; sólo su aspecto físico, que nos oculta lo que verdaderamente son. Pero cuando el Alma está en el más allá, puede ver integralmente; desde el punto de vista mental y emocional, a todos los parientes y allegados. 



Colateralmente, si se ha amado verdaderamente a alguien; con el tiempo otra forma de lazo se creará, para que se sienta la presencia del ser amado. Inclusive; en el sueño, también se está con dicho ser. 



Por la mañana quizás no se tenga recuerdos de tal encuentro, porque los viajes del Alma en el sueño sólo ocasionalmente producen conciencia; pero poco a poco se percibirá cada vez más, la fuerza de tal lazo. Dios no ha fijado límites a nada ni a nadie; mucho menos, al amor. Los seres que han sentido amor verdadero no se separan jamás, porque sus Almas atraviesan todos los obstáculos posibles de la materia. 



Hemos descendido a la Tierra para realizar un trabajo comparable al del alquimista, dado a que se nos da una materia o cuerpo para extraer de él la quintaesencia de lo pensado, sentido, dicho y actuado. Y al igual que obtenemos de los alimentos ingeridos su quintaesencia para nutrir y sostener el cuerpo físico, también debemos extraer la quintaesencia o consciencia (Conocimientos buenos, útiles y ciertos del Espíritu Humano, el Pensamiento Causal o el Alma) de todas las experiencias vividas, porque es la única riqueza que nos llevaremos en la muerte; para continuar trabajando con ellas, en la vida que tendremos en los mundos superiores (Astral y del pensamiento).

Por lo que la única y verdadera fortuna y unión que siempre debemos perseguir mientras tengamos luz, es con nuestra Alma


Todo con el fin:  


5.1.- De cumplir la voluntad de Dios, quien solamente quiere que las personas estudien y comprendan Sus leyes; que son las leyes de la vida, y que luego se esfuerce para llevarlas a la práctica.

  
5.2.- Ponerse al servicio del Principio Divino; lo que implica, encontrar en cada día los valores morales y espirituales que merecen colocarse en primer lugar.  


5.3.- Subir todos los días al Altar del Señor; que en sí involucra rezar con consciencia, para ser guiados e inspirados por nuestros hermanos los Ángeles.  


5.4.- Descubrir una vida sin límites, en la que no existen profundas y marcadas diferencias entre nacimiento, la vida y la muerte, para lograr una existencia pletórica de sabiduría, amor, dicha y felicidad.  


5.5.- Prescindir de los inútiles rituales o ceremonias (Con rezos, flores, misas, comidas, bebidas, cantos, etc.) de difuntos; porque lo único que realmente ayuda a un Alma que está en el más allá, es recibir la ayuda necesaria mientras estaba encarnada en el mundo físico, para tener una mejor vida física, emocional o astral y mental.  


5.6.- Evitar que una persona en vida se aferre a los vicios, a objeto de:  


5.6.1.- Llevar una vida en el mundo físico más sana, libre de excesos, problemas y enfermedades.  


5.6.2.- Tener en el más allá una existencia que no afecte a familiares y relacionados, por la necesidad de saciar vicios terrenales.



Jorge E. Morales H.











Hay un factor más profundo que nos hace depender

Sabemos que somos dependientes; dependemos, ya sea de nuestra relación con la gente, o de alguna idea, o de un sistema de pensamiento. ¿Por qué? En realidad, no creo que la dependencia sea el problema; pienso que hay algún otro factor más profundo, que nos hace depender. Y que si pudiéramos descubrirlo; tanto la dependencia como la lucha por librarnos de ella significarían muy poco, y todos los problemas que surgen a causa de la dependencia se disiparían. 



Entonces, ¿cuál es el factor más profundo? ¿Es que la mente detesta y teme la idea de estar sola? Y ¿conoce la mente ese estado que ella procura evitar? En tanto que ése sentimiento de soledad no sea realmente comprendido, percibido, investigado y disuelto; y todavía permanezca, la dependencia es inevitable y uno jamás puede ser libre. Nunca se podrá descubrir por sí mismo aquello que es verdadero, y que es religión.


Caminad Mientras Tengáis Luz (Omraam Mikhaël Aïvanhov).pdfCaminad Mientras Tengáis Luz (Omraam Mikhaël Aïvanhov).pdf
1366 kb   Ver   Descargar   








Cortesía de Luis Lovera






Un Mil Bendiciones y Una Más
Sol Monasterio

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Powered By Blogger