* Tomate 2 minutos al despertarte para conectarte con tu respiración. Inhalando en cuatro tiempos y exhalando en seis tiempos por nuestras fosas nasales, llevando todo el aire y nuestra atención al abdomen. La práctica de la respiración conciente aquieta nuestros pensamientos, disminuye la ansiedad y el estrés y nos predispone mejor para empezar el día con otra energía.
* Agradecer mentalmente todo lo que tenemos y visualizar el día que queremos tener. La gratitud nos conecta con una mejor frecuencia vibratoria, ya que lleva nuestra atención a lo que tenemos y no a lo que nos falta.
* De a poco... Tomate como hábito quedarte unos minutitos en la cama después de las respiraciones. Esta práctica gratificante y hay que disfrutarla. Repetila durante el día si notás que te invade alguna emoción desagradable.
* Armate tu propios lugares de conexión. Las aromas, la música, nos predisponen desde los sentidos a conectar con nosotras mismas. Armar un lugar de relajación en casa para estar unos minutos por día ayuda a silenciar nuestros pensamientos, y hace que, con la practica, nuestra mente se acostumbre a esta modalidad. Con el correr de los días conseguirás cada vez mayor rapidez conseguir quietud a través de diferentes estímulos.
* Cuidado con los pensamientos. Tener nuestra mente ocupada con pensamientos que van del pasado al futuro sin control, genera turbulencia y dispara emociones relacionadas con esas escenas imaginadas, generando un gran desgaste energético. Por eso es importante estar atenta a lo que pensás: cuando empezamos la auto-observación nos corregimos, llevándonos al presente, consiguiendo orden mental y armonía. Hay días que terminamos agotadas y contracturadas de tanto pensar.
* Es importante estar atenta a las conversaciones internas y externas. Hablar de temas desagradables constantemente, criticar, contar problemas, relatar un hecho desagradable reiteradas veces, enfocarnos en los temas negativos, hace que nuestra energía disminuya. Y esto es así tanto en conversaciones con terceros como en nuestros diálogos mentales. No te hagas eso.
* Corregite y correte cuando detectamos que entramos en esos circuitos de comunicación negativa.
* Conectate con tus propios estados internos. A lo largo de la jornada preguntate cómo te sentís: si estás angustiada, si tenés miedo o ansiedad, qué tipo de pensamientos te atraviesan, cómo está tu cuerpo, si estás sintiendo una preocupación por algo real o estás imaginando situaciones. Si no te sentís bien, hacé unas respiraciones para soltar y relajarte.
* Decí NO. Al tener que tomar una decisión, tratá de ver si tu registro interno coincide con lo que pensás; es decir, si están en sintonía lo que sentís con lo que vas a hacer. Muchas veces pensamos que debemos hacer tal cosa, sentimos que no tenemos ganas y lo terminamos haciendo a costa nuestra, generándonos tensión y disconformidad.
Esta incongruencia entre el pensar, sentir y hacer genera conflicto y se traduce en pérdida de energía. Si nuestro pensar, nuestro sentir y nuestro cuerpo están de acuerdo, ¡ADELANTE!
* Trasformá la rutina en rituales. Desayuná lentamente, aprovechá el tiempo de viaje en subte o auto para escuchar música meditativa y relajante, caminá mirando la naturaleza o repitiendo afirmaciones, imaginá en los tiempos de espera sueños que me gustaría concretar...
* Pensá lo mejor. Nuestro pensamiento anticipa en forma negativa, llenándonos de miedo, ansiedad y tensión. Antes de emprender una acción, pensá que el resultado va a ser bueno para predisponerte bien energéticamente.
* Trasformá la queja inactiva en acción proactiva. ¿Qué podés hacer hoy, por pequeño que sea, para empezar a cambiar aquello que no te gusta, tanto en lo personal como en lo social? Hoy podés poner el primer ladrillo y algún día verás terminado el edificio. Poner energía creativa a favor de los cambios que queremos libera de carga emocional y nos motiva a seguir.
* Sé conciente de la energía. Saber que nuestro cuerpo físico, mental y emocional es energía que interactúa todo el tiempo, nos permite darnos cuenta del poder de nuestras palabras y de nuestros pensamientos. Utilizá esta energía para trasformar tu presente, recordando que lo que damos es lo que recibimos. Una sonrisa, una mirada amorosa, un gracias, un perdón, un buen gesto: lindas palabras contribuyen a mejorar tu energía y la del ambiente.
Cuando se nos presenten "personajes" que nos conectan con emociones disfuncionales, mirá por encima del hecho concreto y preguntate qué te está mostrando. ¿Qué veo en mí que me molesta? ¿Qué puedo aprender de ésto?
El notar el cambio en cómo nos sentimos con estos ajustes pequeños, nos va a dar impulso para estar atentas y salir de las discusiones, de las criticas y de los espacios negativos con facilidad. Con la práctica, "soltar" se hace un acto simple.
* Silenciate antes de dormir: a la noche, antes de dormir, enfocate en lindos pensamientos. Recordá lo que querés, lo que te gusta, agradecé por todo y nuevamente, repetí ciclos respiratorios para renovar la energía y obtener un buen descanso.
Tené presente que cada segundo tomamos decisiones y que estas pueden estar a favor o en contra de nuestros deseos. Escucharte te ayuda a decidir y a lograr que los resultados te beneficien. Recordá que siempre "somos creadores de realidades" y que el amor todo lo puede...
Maria Cananiz, terapeuta gestáltica.
Un Mil Bendiciones y Una Más
Sol Monasterio
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