Científicos Demuestran Que Se Puede Robar Energía a Otras Personas
El equipo de investigación biológica del Dr. Olaf Kruse pudo confirmar, por primera vez, que una planta (el alga verde Chlamydomonas reinhartii), no solo usa la fotosíntesis, sino que usa una fuente alternativa de energía: la puede sustraer de otras plantas. Las flores necesitan agua y luz para crecer. Con las personas pasa lo mismo.
Somos como esponjas y absorbemos las energías del entorno . Cuando los estudios energéticos se vuelvan más avanzados en los próximos años, vamos a ver que esto se traducirá a los seres humanos también, dijeron los especialistas. El organismo humano es muy parecido a una planta. Toma la energía necesaria para alimentar los estados emocionales y esta esencia puede energizar las células.
El campo de la bioenergía está en constante evolución. Los estudios sobre el mundo vegetal y animal pronto podrán traducirse y mostrar lo que los metafísicos de energía han sabido todo el tiempo, explica la psicología y curadora energética, la Dra. Olivia Bader-Lee, que concluye: Los humanos pueden curarse entre sí simplemente a través de la transferencia de energía al igual que las plantas.
Los humanos podemos absorber y sanar a través de otros seres humanos, los animales y cualquier parte de la naturaleza. Por esa razón, estar cerca de la naturaleza a menudo es estimulante y energizante para tanta gente y también es por eso que ciertas personas se pueden sentir incómodas en grupos específicos donde hay una mezcla particular de energía y emociones, concluyó la especialista.
Estas son las 5 herramientas para limpiar el espacio personal al estar en contacto con otros:
1- Mantenerse centrado. Si uno está centrado espiritualmente (y no ensimismado en su ego) se puede sentir cuando algo se mueve en nuestro espacio de energía. Si uno está conectado a la tierra, se pueden liberar fácilmente la energía y las emociones de otras personas intencionadamente.
2- Estar en un estado de no-resistencia. Lo que se resiste, queda. Si uno se siente incómodo con una determinada persona o un grupo, no hay que entrar en resistencia como una forma de protegerse a sí mismo. Hay que moverse a un estado de no-resistencia: imaginar que el cuerpo es claro y transparente como el cristal o el agua. De esta manera, la mala energía pasará a través de uno.
3- Ser dueño del espacio del aura personal. Cada uno tiene un aura energética que rodea nuestro cuerpo. Si no somos dueños de este espacio personal, somos vulnerables a la energía ajena. Tomar conciencia de los límites del aura propia (alrededor de un brazo de distancia del cuerpo alrededor, arriba y abajo) es una manera de ser dueño del espacio personal.
4- Darse una limpieza energética. El color dorado tiene una alta vibración que es útil para despejar la energía ajena. Hay que imaginarse una ducha, con la flor dorada, en el límite superior del aura (un poco más arriba que la cabeza) y abrirla, para dejar que la energía limpia y dorada recorra el aura y el cuerpo hasta la tierra.
5- Volver a llamar a la energía propia. Cuando tenemos nuestra energía en nuestro propio espacio, hay menos espacio para la energía de otros. Pero a medida que nos centramos en otras personas y proyectos, a veces esparcimos nuestra energía alrededor. Hay que crear una imagen de un claro sol de oro a varios metros por encima de la cabeza y que sea un imán, para atraer toda la energía y purificarla en la energía de oro. Después bajarlo a través de la parte superior del aura y liberar esa energía de nuevo en el espacio personal. Es algo muy común.
Hay que dejar de vampirizar a otros y que no nos cueste tanto enchufarnos a la fuente primigenia que nos aporta energía, sentirnos a nosotros mismos, conectarnos al amor puro e incondicional, a esa energía divina. En el transcurso de unas décadas, los científicos pasaron de la convicción de que no hubiera algo que se pudiera llamar un campo energético alrededor del cuerpo humano, a la convicción de que este campo existe. Además, comprendemos cada vez más el papel de estos campos energéticos en cuanto a la salud y a la enfermedad. La mayoría de la gente no es consciente todavía de estas investigaciones y persisten en su actitud de que no hay una base lógica para la curación energética.
Cortesía de Marta Vincent
Un Mil Bendiciones y Una Más
Sol Monasterio
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