Un Niño castigado
sin Salir
pide asilo político a Ecuador
Alvarito
Bosch, estudiante de cuarto de Primaria, ha abandonado el domicilio
familiar y se ha instalado en la embajada ecuatoriana pidiendo asilo
político, aunque inicialmente logró entrar en el edificio haciéndose
pasar por el hijo del cónsul. El niño denuncia que es objeto de una
persecución “por un enfrentamiento ideológico con mis progenitores”. Los
padres aclaran que “le hemos castigado sin salir porque ni ha empezado
el cuaderno de verano”.
Alvarito, que se expresa en un lenguaje muy
adulto “porque cuando era más pequeño estuvo expuesto muchas horas al
Canal Parlamento”, ha impresionado al personal de la embajada, que lo ha
acomodado en una habitación hasta que el asunto se esclarezca.
“No tiene nada que ver con el caso de Julian Assange. Este niño es
muy espabilado y educado y merece que prestemos atención a lo que
reivindica”, aclara la embajadora, Aminta Buenaño. Pese a ello, resulta
obvio que la criatura se inspiró en la reclusión de Assange en la
embajada ecuatoriana de Londres para ampararse también en la diplomacia
de este país.
“Pido que renuncien a esta caza de brujas”
“La gestión del ocio en el periodo vacacional es un asunto que
compete a la intimidad de la persona y así se había dispuesto
previamente con el beneplácito de mis padres, aunque no por escrito sí
verbalmente. Y eso tiene valor contractual, igual que tiene valor mi
derecho fundamental a disponer de mi tiempo libre según yo mismo
considere”, argumenta el niño, que pide “que renuncien a esta caza de
brujas”. El padre del crío replica que “desde que acabó el colegio no ha
hecho ni el huevo y tiene un cuaderno de ejercicios que deberá entregar
cuando empiece el curso, es decir, ya mismo”.
“Supongo que no hace falta que les recuerde que la Declaración
Universal de los Derechos Humanos salvaguarda la libertad del hombre
como facultad natural para actuar conforme a su conciencia”, insiste
Alvarito Bosch. “Mi idea era abordar mis obligaciones escolares dentro
de unos días porque aún no me siento totalmente recuperado; compréndase
que he estado sometido a mucha presión”, sentencia, y se muestra
decidido a “no tolerar ningún tipo de violencia, física o psicológica,
por mucho que se justifique con una supuesta autoridad moral paterna
que, desde este refugio que me ha concedido Ecuador, pueblo hermano, yo
impugno”.
Los padres de Alvarito piden a los medios y a la embajada de
Ecuador que no se dejen embaucar por la retórica de su hijo. “Cuando
habla de derechos es que se ha portado mal”, explica la madre. De hecho,
no es la primera vez que Alvarito se dirige a la opinión pública para
solicitar ayuda: en febrero de 2011 pidió el apoyo de todos los demócratas tras suspender las matemáticas. “Y sigue sin haber recuperado esa asignatura. Este es el uso que hace él de los principios democráticos”, apunta el padre.
Aunque el Gobierno español considera que el conflicto deben
resolverlo los padres y que “no estamos ante un problema diplomático”,
el titular de Exteriores de Ecuador, Ricardo Patiño, cree que “tenemos
la obligación de mediar en este tema ya que el niño ha acudido a
nosotros. Al menos, le daremos la oportunidad de negociar con sus padres
en un entorno neutral”. Dicho entorno neutral es, según se ha filtrado a
la prensa, una sala de juegos en la que el niño pasa las horas jugando a
la consola y comiendo Doritos, aunque él dice que está preparando la
defensa de su caso.
Un Mil Bendiciones y Una Más
Sol Monasterio
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