Cuando un evento doloroso ocurre en la vida de una persona, nace un recuerdo celular.
El evento doloroso crea miedo, lo cual a su vez crea estrés, el cual se supone que ha de preservar la vida al alertarnos de ‘amenazas.’ Posteriormente en la vida, el recuerdo celular del evento doloroso todavía está creando estrés ya que es disparado automáticamente por circunstancias que son similares de alguna manera, quizá solamente de forma vaga, con el evento doloroso original.
Luego viene la reacción de la persona, la cual es ‘ataque o huida’ o aceptar.
Dicho de otra manera, la elección es o una de miedo conduciendo al ataque o al escape, o una de aceptación conduciendo a la paz y el amor.
Dicho de otra manera, la elección es o una de miedo conduciendo al ataque o al escape, o una de aceptación conduciendo a la paz y el amor.
Para la persona que permanece en la de ‘ataque o huida’, el estrés y el miedo se esparcen a través de la mente y del cuerpo.
Si el estrés permanece sin ser revisado, entonces el eslabón más débil de la persona se romperá.
Esto quiere decir que algo deja de trabajar bien, y ocurre una enfermedad o un padecimiento, una disfunción mental o emocional, o desesperación, etc.
Si nada cambia a fin de reducir el estrés, el ciclo continúa y se expande, resultando así en más enfermedad, más padecimiento, más disfunción.
La única manera de eliminar el estrés es por medio de sanar el recuerdo celular original.
El estrés continuará a menos de que la persona retroceda y cure el recuerdo celular original.
Fuente: DEB ONCE
Un Mil Bendiciones y Una Más
Sol Monasterio
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