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sábado, 23 de marzo de 2013

Los Dibujos Premonitorios de Parravicini

 

Los Dibujos Premonitorios de Parravicini


Si hay que hablar de fenómenos paranormales y experiencias con otras realidades, es inevitable mencionar a Benjamin Solari Parravacini. El sensitivo argentino, que se hizo famoso por sus extraordinarios “dibujos proféticos”, es otro misterio no resuelto. El“Nostradamus de Argentina” ⎯le llamó mi estimado Fabio Zerpa⎯. ¿No es demasiado? Desde luego que no.
Benjamín Solari Parravicini era un reconocido pintor de Buenos Aires que, como dije, conmovió a muchos por sus dibujos premonitorios. Esos vaticinios, como por arte de magia, habían “dado en el clavo” en distintos acontecimientos mundiales que se sucedieron uno tras otro. ¿Cómo lo supo? ¿La información la hallaba en sus visiones, o “alguien” se las dictaba? ¿Con qué propósito?


Parravicini o el arte de canalizar



Supe, tardíamente, de Parravicini y sus dibujos premonitorios en 1994. Fue a través de un libro del investigador argentino Pedro Romaniuk, que compré en un puesto de textos usados en Jr. Quilca, en pleno centro de Lima. Pero en ese momento no entendí nada y el libro de Romaniuk ⎯lo confieso con vergüenza⎯ terminó en mi biblioteca, apilado con tantos otros. Pero, a los pocos años, si mal no recuerdo, en 1998, Sixto Paz me mostraría una psicografía de Parravicini que terminó de movilizarme: se trataba de un dibujo que representaba a una suerte de “sacerdote egipcio”, acompañado de dos seres con escafandra, que el sensitivo argentino denominó “astro naviegos azules”. Inmediatamente me llamó la atención la semejanza de esta psicografía con la imagen de Alcir, el ser intraterrestre que conocí en una expedición a Paititi.


Como si hubiese despertado a un fantasma, lo primero que hice fue buscar el libro de Romaniuk en mi biblioteca. Desde luego, lo leí con otros ojos, y entonces fue que redescubrí a Parravicini. Más tarde, tuve la oportunidad de conocer en persona a Romaniuk ⎯falleció en Argentina en febrero de 2009, a sus 86 años⎯ . Don Pedro mantenía en su memoria los mejores momentos que vivió al lado de su viejo amigo, a quien se refería una y otra vez como su “maestro”. También, en los libros que editó Sigurd Von Wurmb ⎯otro gran amigo personal de Parravicini, fallecido en 2007⎯ hallé el mismo respeto y admiración por aquel hombre que no tenía aires de místico ni de gurú, pero sí de amigo sincero y hombre común, aunque con un don fuera de este mundo. Su magnetismo había afectado positivamente a mucha gente.




Aunque se trata de una fuente “paranormal”, difícil de verificar para los investigadores más ortodoxos, me era indudable la importancia de esas psicografías. Mensajes extraordinarios que eran canalizados por un hombre respetado, consumado artista plástico, con varias obras en Europa; en su momento Director del Museo de Bellas Artes de Buenos Aires. Ante este escenario me preguntaba: ¿Cómo así terminó metido en el fenómeno de las psicografías? ¿Cómo un tipo que nació en una familia de prestigio empezó a “canalizar” a un “ángel”, como aseguraba?


Su familia cuenta que desde niño “escuchaba voces”. Su primera predicción fue la fecha de la Primera Guerra Mundial. Su padre, un reconocido psiquiatra, ante estas voces que le “hablaban” a su hijo, decidió someterle a una serie de exámenes para descartar que no estuviera loco. Y de hecho, no halló ninguna anomalía en el pequeño Benjamín como para sospechar que estaba imaginando todo.




La primera psicografía se daría en 1936. Nuevamente era una voz que le hablaba, pero ese mensaje venía acompañado por un fuerte impulso de escribir y dibujar, como si el invisible interlocutor aprovechara los dones de Parravicini para transmitir un mensaje. Inicialmente, esos mensajes consistían en pequeñas frases, acompañadas de dibujos de trazos gruesos que parecían insinuar la naturaleza de los acontecimientos. Todo ello era, en otras palabras, “visiones del futuro”. Visiones que fueron precedidas por eventos paranormales.


En una ocasión, mientras Parravicini se encontraba en su habitación escribiendo cuentos y poemas como era su costumbre, vio con sorpresa cómo una pesada lámpara de bronce se levantaba en el aire y se estrellaba contra la pared. Entonces tomó la lámpara retorcida, y dirigiéndose a la habitación de su hermano Justino, se la mostró, sin conseguir convencerle del fenómeno que acababa de ocurrir. Su hermano no le dio mayor importancia al hecho y le sugirió que se fuera a descansar. Pero Parravicini volvió a su habitación y ya no pudo dormirse. Entonces sintió una poderosa sensación en su mano, una necesidad de tomar un lápiz y comenzar a trazar extraños mensajes en el papel. Al principio ⎯como él mismo afirmaría más tarde⎯ descartó estas premoniciones y tiró muchos de los dibujos. Sin embargo, la sensación de escribir continuaba, y se decidió, finalmente, por plasmar lo que le “llegaba”. Era el inicio de una serie de dibujos premonitorios que recibiría hasta su muerte, en diciembre de 1974. Dibujos extraños que parecían adelantarse a lo que ocurriría décadas más tarde en todo el mundo… ¿Cómo era esto posible? ¿Quién o quiénes 
transmitían esos mensajes?





Una de las teorías que circulan sugiere que era el propio Parravicini quien, en dotes de premonición, plasmaba en dibujos lo que su mente “veía” en el futuro. Pero Benjamín siempre insistió en que no era él, que alguien le “dictaba” esos vaticinios. Otra teoría sostiene que los invisibles mensajeros de Parravicini eran extraterrestres, pues el propio “Pelón” ⎯como le llamaban sus amigos⎯ habría tenido un contacto físico al interior de una nave con seres de aspecto nórdico. A muchos investigadores les incomoda esa experiencia del hoy célebre sensitivo argentino, y procuran omitirla, pero lo cierto es que el propio Parravicini habló con los medios de su contacto, entre ellos una amplia nota publicada en el diario “La Razón” de Buenos Aires, el lunes 10 de junio de 1968.

 Por su importancia y poca difusión, incluiré parte del relato de Parravicini.


 
Un encuentro cercano imposible


⎯Veníamos por la calle Chacabuco, en una noche con frío y niebla, con un amigo. De repente, surgió a un costado un hombre. Es decir, nos pareció un hombre. Empezó haciendo manotones, como señas, y parecía que hablaba algo. Algo que no se entendía, claro, porque era muy raro. Nos hacía señales como indicándonos que camináramos hacia la Diagonal, en dirección de la Casa de Gobierno. Y con la noche fría, la niebla y... Yo no sé... Ese ser, ese hombre era, más grande que nosotros... No sentimos miedo. Pero yo, sinceramente, tenía frío y muchas ganas de llegar a casa. Pero este hombre, muy rubio, como de uno ochenta y cinco de alto, con ojos grandes que parecían de ciego, porque no tenían párpados ni nada... eran redondos, rarísimos. Estaba vestido apenas con un saquito que parecía un cárdigan, verdoso, luminoso.


Y fíjese, hacía un frío bárbaro. No obstante, seguimos caminando con mi compañero, cruzamos la calle, y mi amigo me lanza la pregunta: Che... ¿no te parece que este hombre no es de este mundo?


⎯Bien ⎯prosigue Solari Parravicini⎯ esa pregunta se me clavó y le contesté que era muy raro. Sobre todo los ojos, la ropa metálica. En fin. Nos despertó la curiosidad y quisimos volver al lugar donde lo habíamos visto. Volvimos, pero ya no estaba. Había desaparecido...

 Sí... había desaparecido…


El entrevistado abre sus ojos grandemente, detrás de un armazón redondo muy poco común. Se frota su calvicie y hace gestos misteriosos. Yo lo miro con suspenso y trato de descubrirlo. Entonces prosigue.


⎯Ahora va a ver. Pasaron varios días, y...


⎯¿Cuándo fue eso? ⎯Le pregunto.


⎯Y... hace más o menos ocho años. Pasaron varios días y una noche estaba yo acá, en mi casa. Estaba también nublado, con bastante niebla y mucho frío. Se me ocurrió ir a ver "My fair lady" que la estaban dando en "El Nacional". Fui. No sé a la hora que habrá terminado, imagínese. Cuando salí me dio ganas de comer un puchero de gallina. Terminé mi plato favorito y me dispuse a marcharme a casa. Serían como las tres, las cuatro de la madrugada. En esa época había muchos asaltos por acá, y tuve miedo, de manera que decidí tomar por la Diagonal, rumbo a Belgrano. Cuando iba cruzando la calle, se me apareció aquel hombre otra vez. Como caído del cielo, ¿no? Había, recuerdo, una bruma bárbara. No se veía a un metro. El tipo éste empezó a hablar, nuevamente: jap, gloa, prirp, jap. Yo lo miré medio confundido y me dije: Bueno, éste me asalta. Entonces apuré el paso. Sin pensar por qué estaba ahí, cómo había aparecido, sin recordar nada. Empecé a caminar ligero, y de pronto... me quedé paralizado. ...no pude caminar más. No podía moverme. Cinco metros apenas avancé. Y ahora nada... Pasó un momento.


⎯Pero, ¿podía pensar? ¿No perdió sus facultades mentales?


⎯Sí, podía pensar. Era totalmente consciente de todo. Nada más que me era imposible moverme. Como le dije, pasó un instante y luego comencé a perderme... a perderme... me iba... me iba. No sé cómo será un desmayo, pero creo que fue eso lo que pasó. Acá diríamos me desmayé... Y me encontré, de repente, como en un borde de un barco con una baranda que parecía de metal. Ahí adelante, así redondo ⎯Parravicini gesticulaba⎯ era como una explanada negra. Como de caucho. Entonces, aparezco yo allí, no sé cómo, y me encuentro con otros dos seres iguales. Muy sonrientes, me saludaron poniéndome las manos en el hombro...


⎯¿Usted cree que estaba en un plato volador?


⎯Sí, claro, no hay duda. En ese momento no sabía lo que era, pero después me lo expliqué todo. Yo estuve en un plato volador. Bueno...


⎯Y dígame, ¿eran de carne y hueso? ¿Cómo era su contextura física?


⎯Sí, al menos parecen de carne y hueso. Son como nosotros, altos, bien rubios, con ojos como le dije, muy redondos y sin párpados... El cutis es igual al nuestro, muy blanco... son lindos hombres, fuertes. Bien, allí, entre ellos hablaron: chanau, glut, play, jot, net, jap, qué se yo. Decían así. Ahí fue cuando se me cruzó la idea de que yo estaba en un plato volador, porque veía allá abajo, ¡abajo!, la punta del Obelisco, que entonces tenía una luz. Y justo cuando se me ocurrió pensar eso, uno de ellos me dice: Sí, señor, somos de Venus.


⎯¿En castellano?


⎯Sí, en castellano. Yo me sorprendí, él me dijo entonces: "No se extrañe, porque nosotros hablamos todos los idiomas de ustedes, porque nosotros somos telépatas, y usted también es telépata. Así como ustedes tienen la televisión, en donde ven todo lo que pasa afuera, nosotros los vemos perfectamente, y los conocemos perfectamente. Yo hablo con usted telepáticamente... Hace tiempo que lo conocemos y... queremos mostrarle algo. Tener una experiencia con usted.


Luego de ello, Parravicini continúa su asombroso relato describiendo un viaje a bordo del presunto ovni alrededor del mundo, viendo las ciudades desde arriba, hasta ser devuelto a Buenos Aires, en el mismo lugar desde donde fue “llevado”.
“Usted también es telépata”, le dijeron aquellos extraños seres. ¿Eran ellos los responsables de los mensajes proféticos de Parravicini?
 
No culpo al lector si duda de tan singular experiencia ovni. Debo decir que yo también dudé cuando leí por primera vez el relato de Parravicini ⎯a pesar de haber experimentado, también, encuentros con los “no-identificados”⎯. Me llamaba la atención cómo describía el incidente, con una inocencia propia de un niño. La aparición del extraño hombre en la ciudad, y sus gestos e intentos de comunicación. Y la “desaparición” en medio de las calles de Buenos Aires, para hallarse dentro del ovni y dar la vuelta al mundo en pocos minutos, parecía demasiado…


Sin embargo, la aparición de personajes humanos, tan extraños como el que “pelón” describió, me recordaron el contacto del ingeniero costarricense Enrique Castillo Rincón ⎯el supuesto suizo que conoció Castillo en Venezuela, Ciril Weiss, luego le recibiría a bordo de un ovni en una experiencia programada a las afueras de Bogotá, en Colombia⎯. 

Además, la descripción de seres rubios y altos, que venían de Venus, sonaba muy similar a los contactos de George Adamsky en California, bien entrados los años 50. También se sabe que muchos encuentros cercanos han sido precedidos por la aparición de una densa niebla, que se insinúa sobrenatural, y que ha producido casos de missing time o “tiempo perdido” en los testigos, tal y como pudo ocurrir con Parravicini. De hecho, en el caso de las polémicas abducciones, ha sido materia frecuente. 


Es decir, dentro de lo fantástico que pueda resultar el testimonio de Parravicini, hay algunos elementos que se ajustan a ciertos fenómenos que acompañan el intrincado asunto de los ovnis. Su presunta experiencia de “abducción”, o como le queramos llamar, sigue un patrón ya conocido por los investigadores. ¿Fue entonces real su experiencia? Nadie lo puede afirmar. Pero es un tema que a muchos estudiosos de sus psicografías inquieta y molesta. 


Hablar de un encuentro cercano con esos detalles tan absurdos y hasta ridículos pone en jaque la credibilidad que se había ganado sus dibujos premonitorios. Pero, insisto: ¿Y si Parravicini contó la verdad? Si aquellos seres le dijeron que él era telépata, ¿quiere decir que lo venían siguiendo por poseer esas facultades innatas? ¿Eran ellos la “voz” que escuchaba Parravicini antes de trazar sus psicografías? ¿Fueron esos seres quienes le transmitieron la información de lo que podría suceder en el futuro?








Arriba: una de las más famosas psicografías de Parravicini que alude, de acuerdo a los entendidos, al ataque a EE.UU. del 11S. El texto dice: “La libertad de Norte América perderá su luz. Su antorcha no alumbrará como ayer y el monumento será atacado dos veces” (año 1939).

 
Sus mensajes


A continuación presentaré algunas “profecías” de Parravicini. Cada dibujo era acompañado de un texto que describía ⎯muchas veces en un lenguaje críptico⎯ los acontecimientos por venir. Veamos:

"Duelo de poderes entre yanquis y rusos. Duelo de conquista espacial y terreno. Aunque no parezca, América llevará el cetro.” (año 1941)


Interpretación
: La psicografía se adelanta a la guerra fría luego de la segunda conflagración mundial y los esfuerzos estadounidenses y rusos por la conquista del espacio. Como recordamos, en 1969, EE.UU. se llevó el “cetro” al llegar a la Luna.


"El hombre del mañana surgirá del cultivo espermático de laboratorio. La mujer buscará al hijo seleccionando el semen ofrecido por el médico. Se dará preferencia a los hombres atléticos (en reserva) y a los intelectuales. El hombre vulgus, no será tenido en cuenta y se le dejará desaparecer. El año 2000 luego del cataclismo conocerá esta norma nueva y el hombre animal se habrá dormido para siempre y la procreación así dará al ser humano sin pecado original." (año 1938)



Interpretación
: Esta psicografía se adelanta a la fecundación in vitro. Recordemos que el primer “bebé probeta” nació en Inglaterra en 1978. El “cataclismo” del año 2000 no se refiere a una catástrofe planetaria, si no de valores humanos, que empezarían a caer desde esa fecha en adelante.



"Hitler - Mussolini. Con el mismo fin; el mismo fin." (año 1938)



 Interpretación:En 1938 Parravicini canaliza este mensaje que revela cómo terminaría el líder alemán y su par italiano: derrotados.


Cabeza de barba, que parecerá santa, más no será y encenderá las Antillas." (año 1937).


Interpretación
: La psicografía habla, probablemente, de Fidel Castro. Cuando el dibujo premonitorio fue recibido, el líder cubano ⎯Cuba es un archipiélago constituido por la mayor isla de las Antillas⎯ tenía solo 12 años.

"Ante las constantes visitas de navieros extraterrestres la ciencia negará, luego dudará y por fin dirá ¡Verdad es! Y nuestra sapiencia ha quedado atrás. ¡Siglos nos vigilan y contemplan!" (año 1940)



Interpretación
: No me atrevería a decir que esta “profecía” se ha cumplido, pero sí que se halla en camino. Después del inicio de la era moderna del estudio de los ovnis, en 1947, organismos científicos y militares han venido abandonando, recientemente y de forma gradual, su postura escéptica y conservadora. De hecho, hoy por hoy no se niega la posibilidad de que exista vida inteligente en el Universo. Lo que queda en discusión es si esas formas de vida están visitando la Tierra. Seguro Parravicini volverá a tener la razón.


“Viajan ya hacia la Tierra naves interplanetarias invisibles al ojo humano. Estos seres invisibles al ojo humano conviven en nuestro planeta desde siempre y moran en templos y conventos porque son místicos y tratan de imponer la fe”. (año 1939)


Interpretación: 
Aquí entraríamos en ciertos aspectos del fenómeno ovni que se conocen de sobra en el contactismo. Aquellos seres sostienen provenir no solo de otros mundos, sino también de otras realidades y dimensiones. Su tecnología les permite interactuar con distintas membranas o planos. Si es así, ello podría explicar las apariciones espontáneas de esos objetos en una imagen fotográfica cuando nadie vio nada en el lugar; sin embargo, el objeto, invisible, estaba allí, tal vez moviéndose en esa otra franja de tiempo. Además, en el contactismo se afirma que los visitantes de las estrellas poseen una profunda visión espiritual de la vida humana en la Tierra. Practicarían la meditación y convivirían con nosotros en bases subterráneas que algunas corrientes esotéricas denominan “Retiros Interiores”. ¿A eso se refería Parravicini en 1939?

 
“Razas extraterrenas regresarán a la Tierra. Ellas ocuparán ciudades subterráneas que de ellas fueron, y aún habitadas por sus naturales aclimatados. Bajarán para restablecer costumbres que fueran superiores a las nuestras, hoy desaparecidas. Se manifestarán en forma telepática. ¡Será en el 2000!” (año 1959).



Interpretación
: ¿Este mensaje explica la conexión entre bases subterráneas y la visita extraterrestre? Lo que queda en discusión es la fecha: el año 2000. ¿Se equivocó Parravicini? ¿O ocurrió algo fuera del alcance humano? Por alguna razón insistió en los tiempos del tercer milenio.


“Naves interplanetarias no visibles a la retina humana, llegarán a la tierra. Habitará América en el extremo Sud. Allí recogerán materiales para socorrer al Mundo en el hambre y en los cataclismos de fuegos. Portarán sangre humana a sus laboratorios satélites para elaborarla artificialmente. ¡Proveerán la hemoglobina!” (año 1959)



Interpretación
: Nuevamente Parravicini habla de las naves “invisibles” y sugiere una base secreta en el extremo sur de América (¿la Patagonia o Tierra del Fuego?). La psicografía sostiene que esos seres ayudarían al mundo en un momento de crisis extrema.
 
También son exactas sus psicografías que hablan de grandes cambios en el mundo a nivel climático, político y social para los próximos años. Con gran certeza señaló los momentos que se están viviendo. Pero luego de todo ese proceso de transformación, Parravicini aseguraba que la humanidad hallaría el camino hacia la luz y la espiritualidad. Él estaba convencido de que Latinoamerica dispararía el cambio, y que con países como España se conformaría un puente de luz para equilibrar Europa y el resto del mundo.


 


Arriba: Parravicini acertó también con el fenómeno del "Hum", esos extraños ruidos que se han registrado, desde fines de 2010, por todo el planeta. Su psicografía muestra el campo magnético de la Tierra, exactamente la teoría más aceptada para explicar las desconcertantes vibraciones del planeta.
 
Según Parravicini, luego de todo este proceso de cambio el mundo resurgiría en la luz y la justicia espiritual.

Comparto un vídeo del programa español Cuarto Milenio que lo resume:
http://www.youtube.com/watch?v=8L5_Ro3QKZ0



Fuente: Espiritualidad y Consciencia



Un Mil Bendiciones y Una Más
Sol Monasterio
 

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