Después de dar a Luz
Hay una “Hora Sagrada” que los expertos
recomiendan
pero rara vez se cumple.
Por Alberto Díaz Pinto
¿Qué prisas hay de limpiar, aplicar vacunas o medir
al bebé nada más nacer?.
Aunque tambiénson procedimientos necesarios, ya
habrá tiempo para esas prácticas
rutinarias si el parto viene sin
complicaciones, pues parece que el contacto “piel con piel”
durante la
primera hora de vida esfundamental, tanto para el bebé como para la madre.
Este es el argumento de la Doctora
Constanza Soto Conti, médica de planta delHospital
Materno Infantil
argentino Ramón Sardá, quien asegura que este ritual tiene
un montón de
beneficios:
“El contacto piel a piel entre la madre y su hijo
estabiliza la respiración y la oxigenación del
bebé, mantiene sus niveles de
glucemia, estabiliza la presión arterial, reduce las
hormonas del estrés,
disminuye el llanto, incrementa el estado de alerta tranquila,
promueve el
inicio precoz de La lactancia materna y mantiene la temperatura,
reduciendo el
riesgo de hipotermia”.
En esos momentos se establece lo que se conoce
como impronta afectiva, que
favorece el vínculo entre ambos y la instauración de la lactancia materna.
La lactancia precoz, iniciada durante la primera hora de vida del pequeño,
es clave para una lactancia
exitosa.
Durante las horas posteriores al nacimiento, se
crea una especie de vínculo de sin
energía entre ambos a través
de las hormonas liberadas por la madre.
Esta experimenta una descarga
de oxitocina, por laque el bebé se muestra especialmente
receptivo. Tanto
que si se le coloca desnudo sobre el
pecho de su
progenitora, este repta -guiado por el olor- hasta encontrar el pecho y alimentarse.
Además, el contacto piel con piel resulta tan
beneficioso que la propia Doctora Soto Conti,
denomina a este tiempo “hora sagrada”. Y es que al
parecer, sus efectos no son únicamente inmediatos,sino que también podrían
ser a largo plazo:
“Esos minutos iniciales son un período sensible
durante el cual, el estrecho
contacto entrela madre y el recién nacido sano
puede tener efectos positivos de largo plazo,
como una mayor
seguridad y mejor tolerancia a la angustia de la separación“.
El Doctor Miguel Larguía, presidente de
la fundación que lleva su nombre y ex director
de la Unidad de
Neonatología del Hospital Ramón Sardá, apoya completamente esta idea,
argumentando:
“Durante 9 meses el bebe no tiene hambre, no tiene
sed, no tiene calor ni frío…
La transición al mundo de estímulos que el bebé
experimenta al nacer,
Debería ser de forma progresiva.
Respetar «la hora sagrada» es entregar el bebé sano
a la madre para que lo apoye sobre
su pecho, piel con piel. Un procedimiento
que también se puede llevar a cabo en los partos
por cesárea y es probable que,
en un futuro, podamos incluir prematuros, cuando no exista
riesgo de hipotermia
por falta de regulación de la temperatura corporal.”
Como os comentaba, no es necesario bañar,
medir, pesar, vacunar y tomarle la
temperatura al bebé inmediatamente
después de nacer, siempre y cuando el parto
no ha tenido
complicaciones. Tambiénes importante posponer el pinzamiento del cordón
umbilical hasta que deje de latir.
Larguía:
“Parte de la sangre del bebé está en la placenta.
Antes se creía que para permitir que
ingresara en su organismo y prevenir la
anemia había que sostenerlo a la altura del
útero de la madre.El médico
sostenía al bebé, el cual estaba aterrado por su primera toma
de contacto con
la gravedad, ya que dentro del vientre materno permanecía en ingravidez.
Hoy
sabemos que,impulsada por las contracciones del útero,
la sangre fluye perfectamente si lo ponemos sobre
el pecho de su madre.
“Estamos acostumbrados a hacer, pero en ese momento
tenemos que resignarnos a
«no hacer».
Hay que devolver los derechos que no deberíamos
haberles quitado a las
madres en las instituciones.”
Vía: La
Nación
http://lavozdelmuro.net/
Un Mil
Bendiciones y Una Más
Sol
Monasterio
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