Las heridas emocionales que les causamos a otros pueden ser tan
poderosas que sus efectos no duren sólo una vida sino varias
generaciones. En la Amazonia, las llaman maldiciones generacionales: el
terror que una madre atormentada le puede causar a sus hijas es sentido
por las hijas de las hijas de sus hijas, y el duro castigo que un padre
le inflinge a su hijo es sentido por generaciones. Esto también opera en
el nivel colectivo.
Por ejemplo, el legado de colonialismo y esclavitud
no desapareció cuando los últimos esclavos murieron –sus experiencias
afectaron a la forma en que criaron a sus hijos y en que éstos criaron a
sus propios hijos. También sucede lo mismo en las familias donde hay
alcoholismo, enfermedades mentales o abusos. Incluso los nietos de la
gente que lo perdió todo durante la gran depresión aún tienen que lidiar
con problemas de escasez.
Las maldiciones generacionales a menudo pasan desapercibidas, ya que
nacemos con ellas y las consideramos parte de nuestra «piel». Es
importante tomar conciencia de estos legados a fin de que podamos
curarlos, y evitemos condenar a nuestros hijos a una vida en que van a
estar reaccionando a una herida que le fue infligida a nuestra abuela
hace setenta y cinco años. Vivir con coherencia quiere decir curar esta
herida en lugar de dejársela como herencia a nuestros hijos. Cuando
crees que alguien cercano a ti está atrapado en una historia que no es
la suya, puedes ofrecer sabiduría, consejo y apoyo. Pero, por favor, ten
en mente que si te pones superior e interpretas el papel del noble
salvador, estarás asignándole a esa persona el de pobre víctima, y
comenzarás a imponerle tus propios dogmas.
No hay nada más frustrante que escuchar a alguien que te dice con aire de suficiencia. «Abandona de una vez tu historia y pasa a otra cosa».
Con la llegada de los conquistadores, Los Guardianes de la Tierra –antiguos chamanes de las Américas- fueron encarcelados, torturados y asesinados, y su sabiduría fue considerada un peligro y una amenaza para la Iglesia Católica. Por lo tanto, estas valiosas enseñanzas tuvieron que permanecer escondidas. Hasta ahora. Según las profecías de los mayas, los hopis y los incas, nos encontramos en un momento decisivo de la historia humana. Los mayas señalaron el año 2012 como la culminación de un período en que surgirá un nuevo tipo de ser humano.
Los depositarios de esta sabiduría han salido ahora de su reclusión para ofrecernos unas enseñanzas que pueden transformar nuestra realidad individual y colectiva y dar a luz un mundo mejor.
Las Cuatro Revelaciones representan la esencia de estas enseñanzas. Los Guardianes de la Tierra enseñaban que toda la creación –la tierra, los humanos, las ballenas, las rocas e incluso las estrellas- está hecha de vibraciones y de luz. Nada de lo que percibimos como material y real existe: todo no es más que un sueño que proyectamos sobre el mundo. Es un sueño pero creemos que es real. La sabiduría y las prácticas de los Guardianes de la Tierra nos enseñan a reescribir la historia de nuestras vidas. Nos enseñan lo que ellos llaman «soñar un mundo y hacerlo realidad». Con la llegada de los conquistadores, estas valiosas enseñanzas, conocidas como las cuatro revelaciones, fueron mantenidas en secreto.
Las Cuatro Revelaciones - Alberto Villoldo, esta práctica forma parte de la tercera revelación “El Camino del Visionario”.
Fuente: Mujeres de Milagros .
Un Mil Bendiciones y Una Más
Sol Monasterio
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