APUNTES DE LA ENSEÑANZA IMPARTIDA POR UN VENERABLE MAESTRO DEL
AQUARIUS EN LA LUNA LLENA DE CAPRICORNIO, EL 4
DE ENERO DE 1988, EN EL TEMPLO DEL SANTO ASHRAM DE EL LIMON.
LA REALIZACION
Para
alcanzar aquella realización representada por la cima de la Montaña,
necesitamos aprender a seguir una dirección, una disciplina recta y severa.
Para ello necesitamos tres elementos:
- Un
punto de partida
- Un
punto de llegada y
- Trazar
una línea que una a ambos puntos.
El
punto de partida es nuestro anhelo.
La
línea es la disciplina a seguir para llegar a nuestro objetivo.
El
punto de llegada es el punto de realización.
Para
establecer la Realización tengo que tener muy claro el ideal que me he trazado
y que persigo, y debo saber cuál es mi condición espiritual. Ello me orientará,
puesto que de lo contrario sería semejante a un automóvil sin freno.
Tendré
presente que la calidad de mi sangre, de mi alimentación, de mis pensamientos y
reacciones, o sea mi conducta en general, determinan mi estado de consciencia.
Nos
dice el Instructor Mundial:
"Si queremos vivir con el propósito de perfeccionamos y preparamos a existir verdaderamente, se hace
necesario a todo trance un código, una doctrina, e indudablemente el mundo
necesita ser orientado hacia una mejor comprensión de las relaciones de los
unos con los otros."[1]
Hemos de prepararnos a fin de
dar el paso de la vida a la existencia y ello implica ser más conscientes.
Por la Enseñanza sabemos que
la vida es una cadena de experiencias y la síntesis de estas experiencias es
una realización espiritual, la cual podemos comprender como una
asimilación de los atributos divinos o virtudes al Alma, lo que da a ésta una
gran Luz y expansión.
Asimismo, llegan a vivir
conscientemente todos aquellos que han tenido el coraje de decidir vivir el
Sendero, marcando un punto de partida, trazando una línea hacia el ideal y
estableciendo sus metas y propósitos.
¿Quién traza la línea?
Es el Alma la que traza la
línea y prepara el camino para el espíritu. Entonces empieza el Sendero, es
decir, es el alma la que abre las puertas de éste.
Ahí está la clave para comprender aquella
expresión del Maestro Jesús: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida". El es el
Camino, el Alma, la Verdad, la Vida. Por tanto en todos nuestros actos debe
estar presente el espíritu, que es lo mismo que decir la vida consciente.
La base
de la Realización está en la vivencia de la Enseñanza. Por ello es importante
comprender que en el Sendero espiritual, cuando se analiza la Enseñanza, es con
el propósito de entender cómo se va a ajustar la conducta personal a ella. Se estudia una enseñanza para realizarla, no
para encasillarla en análisis detallados. Debemos estudiar para
iluminar nuestra consciencia y no sólo para agregar información a nuestro
cerebro, tal como el Sublime Maestre nos lo enseña:
"La comprensión
espiritual es una realización mística y no un lenguaje del mundo (ver la
Primera Epístola a los Corintios, Cap. II, ver. 12). ...Caminamos, aprendemos,
somos educados por hombres y el error es humano, claro está, pero entonces
debemos buscar la Instrucción de Dios en forma diferente".[2]
¿Y cómo podríamos encontrar esa Instrucción de Dios?
Nos dice el Sublime Maestre:
"Dicho de otra manera, sería
un error creer que sólo el conocimiento, la técnica y la ciencia, son los
factores indispensables para evolucionar favorablemente. Cierto, es necesario
el estudio, pero este debe ser tomado con un cierto espíritu; toda ignorancia
es antinatural y la ignorancia es una prueba que es preciso vencer con la
oración".[3]
Entonces
estudiaremos con cierto espíritu para tener la asistencia, la claridad de que
la Enseñanza es el Dharma espiritual del Nuevo Hombre en Aquarius.
Es bueno
recordar que la GRAN FRATERNIDAD UNIVERSAL, como movimiento cultural, trabaja
para que la Sagrada Tradición Iniciática llegue a toda la Humanidad, a fin de "Elevar su nivel de Comprensión
Espiritual". De ahí la necesidad de alcanzar un estado de
consciencia con el Sello Iniciático. Es decir, tomar las enseñanzas,
reflexionarlas, meditarlas, ya que así las podemos asimilar y adaptar a ellas
nuestra forma de sentir y de pensar.
Son tres etapas
las que vamos a vivir:
Un período de información,
otro de asimilación y un tercero de transformación.
Al respecto nos dice el Sublime Maestre:
"En
efecto, el conocimiento Iniciático no es un conocimiento teórico. El
hombre que lo recibe es transformado por él, pero el aspirante no accede a ese
conocimiento sino en la medida en la que él se va transformando".[4]
Cuando un Iniciado presenta
la Enseñanza, logra transmitirla, pues como él ya ha alcanzado la vivencia de
lo que dice, es capaz de producir vibraciones que tocan puntos de la
consciencia y se convierten en corpúsculos de Luz en los aspirantes que tienen
la mente y el corazón receptivos. En ese momento, en ese instante, él proyecta
y transmite un conocimiento y una
fuerza para vivir la Tradición.
En este
periodo de la Navidad hay una oración muy importante sobre la cual deberíamos
reflexionar y meditar tal vez durante todo el año. La decimos durante el
Ceremonial Cósmico y nos inspira profundamente:
"Haz por favor Señor Dios Todopoderoso que
como EL SALVADOR DEL MUNDO, Quien tomó un cuerpo en este día como el nuestro,
nos dé un Nacimiento Divino y que nos comunique también la Inmortalidad. Él
quien es Dios Viviente y Reinante por los siglos de los siglos… Amén"
Es
lógico pensar que si cada día se nos da la oportunidad de participar en el
Ceremonial o en el Antenaje, es porque necesitamos comulgar constantemente con
el Espíritu Universal, en base a un fundamento de orden universal y cósmico. Un
fundamento que no es ni religioso ni dogmático, sino libre de todo fanatismo.
Un Mil Bendiciones y Una Más
Sol Monasterio
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