sábado, 11 de enero de 2014

Sanación de la Relación entre lo Masculino y lo Femenino




 Sanación de la Relación entre lo Masculino y lo Femenino

Uno de los grandes temas de nuestros tiempos es la sanación de la relación entre lo masculino y lo femenino. Esto puede parecer un tema pesado para este momento del año pero mientras más pronto entendamos cómo hacerlo, más rápidamente podremos iniciar el proceso. La ventana del tiempo es ahora, así que no debemos perderlo. Los días festivos pueden servir como trampolín para comenzar. Recuerden que este artículo sólo roza la superficie de un tópico verdaderamente enorme.
Para comenzar, definiré algunos términos para poder entendernos. Cuando hablo de lo femenino hablo del principio femenino, que no es exclusivo de las mujeres. Hay hombres que tienen más características femeninas que algunas mujeres. Todos los seres humanos tenemos lados masculinos y femeninos, lo sepamos o no. Igualmente cuando hablo del masculino, no necesariamente hablo de hombres porque algunas mujeres presentan más rasgos masculinos que algunos hombres. Esto es lo que hace del mundo algo tan fascinante.
En este artículo intentaré decodificar y entender algunos de los tópicos más controversiales que pueden activar ciertos botones en ustedes. Continúen leyendo y entenderán más claramente por qué he dicho algo que puede parecer excepcional. Una del las razones por la que hay tal intensidad y falta de claridad en este asunto es la reacción de la gente ante el tema. Es como si sacaran espadas, revólveres, hachas y cuchillos ante la mera mención de lo masculino y lo femenino. Mantengan su mente abierta hasta terminar de leer el artículo.
Ahora bien permítanme ser claro sobre algunas cosas. A nivel de la esencia, lo masculino ama absolutamente lo femenino y viceversa, porque son parte uno del otro. La esencia no los pone en oposición, porque ambos son necesarios, ambos aspectos del Espíritu, vistos cómo separados solo por la mente humana. El ego o falsa personalidad ve al masculino y al femenino de una manera totalmente diferente; para éste están en guerra, en total oposición, separados más allá de todo entendimiento,  y siempre será así. Cuando escuchen a alguien decir ‘Nunca entenderé a esos condenados hombres/mujeres. Me vuelven loco’, ésta es la voz de la falsa personalidad que realmente quiere reforzar la separación y el malentendido para que la relación nunca sane. De hecho, lo último que el ego desea es la sanación.
Ahora bien cuando hay apariencia de separación, hay semillas de desconfianza y dónde hay desconfianza hay miedo, y donde hay miedo hay violencia y una potencial agresión. 
Tenemos lo que parece ser una guerra entre sexos. Para resolver este problema tal vez trates de hacer lo que han tratado de hacer algunas religiones trazando una gran línea en la arena separando hombres y mujeres lo más posible. Esto nunca ha funcionado ni lo hará. No es manera de resolver la imaginaria separación. Muchas religiones justamente han perpetuado el problema del malentendido en nombre de la pureza y de lo que creen apropiado. Sus soluciones provenientes del pasado, no funcionan hoy.
Consideremos la ira, porque la ira es uno de los signos más visibles del problema entre lo masculino y lo femenino. ¿Por qué los hombres se enojan tanto con las mujeres como para dominarlas, golpearlas, violarlas y faltarles al respeto? Observemos la sabiduría convencional en el mundo, especialmente entre los pueblos indígenas y la mayoría de los pueblos. Aquí están algunas:
Las mujeres son más poderosas que los hombres.
Las mujeres son físicamente más resistentes y extremadamente duras.
Las mujeres a menudo dejan que los hombres piensen que son más poderosos, permitiendo que conserven ciertas ilusiones.
Las mujeres son “quienes mandan en el gallinero” y en la vida, especialmente en asuntos domésticos, sociales y finanzas.
Recuerden que entre los pueblos indígenas estas cosas son parte importante de la vida. Cazar no toma tantas horas. Las mujeres asimilan la espiritualidad y por tanto están a cargo de los aspectos espirituales, mientras los hombres lo están de los materiales. Hace tiempo, las tribus matriarcales eran la principal unidad social en el mundo, y en muchas tribus indígenas, aún lo son.
¿Sugiere esto, contrariamente a las teorías antropológicas, que los hombres sospechan secretamente que si se les permitiera, las mujeres lo manejarían todo? ¿Los hombres no ceden una pulgada por miedo ser totalmente dominados? ¿Cuántos hombres están aterrorizados ante el compromiso porque temen perder su libertad y convertirse en esclavos de una esposa e hijos? ¿Cuántos hombres tienen un programa de obligaciones que los hace pensar que ellos son los jefes? ¿Cuántos hombres se van a la guerra por un sentido de orgullo, de su machismo y la ilusión de que son fuertes y poderosos? La simple respuesta es: muchos.
Lo masculino está desesperadamente enamorado lo femenino, pero simultáneamente, los hombres están furiosos con las mujeres. Siempre lo han estado. La razón es que los hombres, en su interior, saben que necesitan desesperadamente lo femenino. No pueden vivir razonablemente sin ello. Están magnéticamente cautivados por lo femenino y piensan en varios modos de obtener su atención.
No obstante, lo femenino tiene el gran poder secreto del rechazo. Las hembras pueden descartar al macho y en la naturaleza lo hacen regularmente impulsando el fortalecimiento de la especie. En el reino animal lo masculino trata de atraer a lo femenino a través de un gran despliegue de plumas, cornamentas, danzas, canciones y cosas parecidas. La hembra utiliza su poder de descarte y punto. Tú no, eres muy bajo. Tú no, eres muy aburrido. Tú no, tú eres muy lento. Los machos seleccionados obtienen pareja. Los machos rechazados se quedan dando vueltas por la periferia, a menudo solos, y no obtienen la galleta.
En los humanos, tratándose de mamíferos que ocupan cuerpos con base simia, el rechazo es también parte del juego del apareamiento, pero no termina ahí. Lo femenino porta ciertas cualidades de discernimiento, crítica, demanda y requerimiento. Lo primero que hace una madre al dar a luz es examinar a su bebé para ver si tiene todos los dedos, si todas sus partes están en orden, si está completo. Cuándo el hombre llega al hogar de cazar, y aparece con un conejo en lugar de un venado, la mujer arruga la nariz y como diciendo con ello “¿Sólo un conejo? No tendrás sexo ésta noche”. En el mundo de hoy tenemos formas más sofisticadas pero es lo mismo. “¿Manejas un auto viejo?, ¿Solo eres un maestro? ¿Ganas poco dinero?” Los hombres exitosos, al igual que el ciervo macho, el león, o el toro, saben que su estatus es temporal. Un día en la cima, otro, ya no. Siempre probándose a sí mismos, siempre produciendo, para escapar del mortal rechazo del aspecto femenino de la madre naturaleza.
Lo femenino puede ser brutal al respecto. Uno de los aspectos más dolorosos de ser macho es estar a merced de la constante crítica de la hembra, de hacer lo incorrecto, del síndrome de,….”Sea lo que sea, no puedes hacer nada bien”. Por esta razón es muy común que después de varios años de matrimonio los hombres usen ciertos apodos para sus esposas (siendo zorra uno de los menos insultantes).
Después de vivir sujeto a un sinfín de críticas y sutiles o no tan sutiles desprecios, el macho está furioso y quiere atacar, vengarse. Y cuál es la respuesta femenina a esto. “Deja de gemir. Si no quieres que te critiquen deja de actuar cómo un idiota y haz algo bien para variar”. ¡Ay! Las mujeres leen en sus románticas novelas-basura sobre “mitológicos, poderosos y dinámicos hombres malos” que son irresistibles. En comparación, sus desaliñados esposos y novios resultan figuras patéticas.
En este escenario, ¿pueden ven por qué las mujeres están permanentemente decepcionadas y los hombres permanentemente desilusionados de ellas? Este es un juego en el que ninguno de los dos gana. Es un juego sutil, basado en procesos naturales, pero llevado demasiado lejos. Lo masculino busca aprobación, aceptación y amor por parte del objeto de su mayor deseo, lo femenino. Si ella se lo diera y el fuese capaz de recibirlo, entonces él se sentiría a salvo. Gran cantidad de  hombres están tan dañados, que no pueden recibir esto cuándo se les da; lo rechazan y esto le aporta aún más daño al sistema.
Muchas mujeres son adictas al rechazo y al aspecto crítico de lo femenino. No saben cómo parar, y al no detenerse contribuyen a que los hombres se vuelvan cada vez menos y menos atractivos ante sus ojos. ¿Por qué? Porque lo que perpetuamos, lo convertimos en realidad. Estas mujeres creen, amargamente, que los hombres valen poco y que no vale la pena invertir en ellos. Nunca hacen nada bien y nunca lo harán.
Los hombres se enfurecen con las mujeres, se hartan de ellas o simplemente las agreden y hasta llegan a violarlas, abusando de ellas, atacándolas y no respetándolas, debido al gran temor que les tienen. Sí, es el miedo y no el poder el que perpetúa este comportamiento. Y cuanto más temerosos de las mujeres llegan a estar, más perpetúan la realidad de que las mujeres son zorras o tentadoras y que deben ser castigadas.
Ahora tengan presente que no estoy diciendo que éste sea siempre el caso. Es sólo un resumen de muchos ejemplos de abuso que tienen lugar en este planeta. No se equivoquen. No estoy alabando ni justificando este comportamiento. Es el resultado de la confusión que tienen los humanos sobre lo que es puramente biológico, egoico y lo que es impulsado por la esencia.
Hemos examinado una de las influencias de la naturaleza de lo femenino que conduce a grandes dificultades entre macho y hembra. Ahora observemos a la naturaleza masculina, poniendo en aprietos a los hombres.. 

 Está claro que cierta cantidad de agresión masculina es necesaria para perpetuar la raza humana. Esto es cierto no sólo a niveles sociales sino en la química del cuerpo masculino. Durante la relación sexual el esperma masculino está dotado de químicos capaces penetrar la pared del óvulo. En otras palabras mientras más agresivo sea el esperma, mayor probabilidad de fertilizar el óvulo tiene. A nivel del esperma y el óvulo, esto equivale a arremeter contra el castillo, a una penetración agresiva de la biología femenina.
Los hombres están diseñados biológicamente para penetrar las defensas femeninas. Por supuesto, no es tan simple debido a variables como el amor, el afecto, la amistad, la intención de no dañar, la atracción y similares. Así que mientras el esperma está ocupado penetrando al óvulo, el hombre puede estar amando a la mujer en su totalidad y ésta es la diferencia entre biología agresiva y relación amorosa.
Hablando biológicamente, tenemos el arquetipo del macho agrediendo a la hembra y el arquetipo de la hembra que desprecia al macho. ¿Suena divertido? Difícilmente. El macho, que está diseñado biológicamente para agredir, siempre se está arriesgando al rechazo, así que a veces, ataca y viola antes de ser rechazado. Esa es una estrategia de la falsa personalidad pero tiene consecuencias sociales terribles. Él puede dominar o aplastar a la hembra para retenerla, debido a que ha perdido su libertad y el favor de ella. Esta es una solución pobre y es producto de la falsa personalidad. O puede ser paciente y esperar ser aceptado por la hembra y entonces penetrar químicamente el óvulo de ella bajo el manto del amor. Este suele ser ser el acercamiento físico que la esencia encuentra aceptable y tiende a funcionar bien.
Sin embargo el ego masculino, por hábito, tiende a mantener el resentimiento y se queja de que arriesga su libertad al hacerlo. Este temor puede llevarlo a la ira.
La esencia no requiere ataque, penetración, dominación ni nada que le ocurra biológicamente al hombre. Solo observa la actividad del cuerpo y de la personalidad e ignora lo que no sirve a su propósito, respaldando a lo que sí lo hace. La esencia  está interesada solamente en el amor y en su completa expresión. Es lo mismo en cuanto a la esencia y la biología femenina. La esencia no necesita del rechazo, la crítica, encontrar defectos o algo similar. Meramente observa este comportamiento simio del cuerpo y de la personalidad. Si puede encontrar la expresión del amor, de algún modo se expresará a sí misma y si no, simplemente esperará hasta que haya amor.
¿Qué conclusiones podemos sacar de estas observaciones de lo femenino y lo masculino expresados a través del cuerpo humano? ¿Dónde está el potencial para sanar la horrible separación entre los géneros? Observemos...
Los hombres tienen algo grande ante sí. Están desamparados sin lo femenino y por tanto tienen un imán incorporado que los atrae inexorablemente hacia ello, aún siendo gays. Deben entender esto. Biológicamente están hechos para la agresión, al modo del viejo guerrero, pero para sanar este estilo de animal violador, deben hacer algo que es totalmente paradójico. Deben ser pacientes, esperar la aprobación y penetrar con amor. Deben abrir absolutamente sus corazones y amarse a sí mismos primero. Esto sólo pueden hacerlo a través del perdón. Los hombres necesitan perdonarse completamente por todo. Si triunfan en esto, ya no necesitarán la aprobación de la mujer porque tendrán la aprobación de sí mismos, un amor profundo. Esto los libera de todo el estrés y la distorsión sobre las mujeres. Pueden relajarse y sentir una gran confianza que atraerá a la mujer. ¿Una gran tarea? Puede ser. Pero el hombre está hecho para el desafío, y éste es uno grande. Esto debe realizarse individualmente y en masa y relativamente rápido, si la raza humana espera sobrevivir. Y así será.
Lo femenino ama absolutamente lo masculino y aunque las hembras pretendan que pueden vivir sin los machos, no desean hacerlo. Ellas están diseñadas biológicamente para rechazar, para ser selectivas, usar su sentido crítico. Necesitan salirse de la maquinaria de cuerpo que las lleva a rechazar por hábito. Necesita aceptar al macho y aprobarlo incondicionalmente para que él pueda convertirse en lo que ella quiere que sea. El único modo de hacerlo saludablemente es perdonarse a sí misma por todo, para amarse totalmente. Sólo de esta forma puede tener éxito para amar lo masculino sin las condiciones que el cuerpo, personalmente pueda poner.
Este es el verdadero significado detrás de la historia de la bella y la bestia y otras historias mitológicas acerca de besar la rana para que se convierta en un príncipe.
Ambos tienen un trabajo que hacer. No hay culpa. Nadie es culpable ante el otro. No obstante todos somos responsables de sanar el dilema. Todos acordamos con cada lado del desafío a medida que pasamos de ser machos en una vida a ser hembras en la otra. Mientras más progresamos en una vida, mejor será la próxima cuándo seamos del sexo opuesto. ‘Si eres macho y quieres ser una hembra feliz en una vida próxima, haz tu tarea. Viceversa para la hembra. Si insistes en tener razón al odiar el sexo opuesto, odiarás igualmente el sexo que tengas en una vida futura estando en el cuerpo del sexo opuesto. No te crees este tipo de problema a ti mismo. Es muy doloroso. Si eres hombre, ama a las mujeres con todo tu corazón de un modo saludable y si eres mujer, ama a los hombres con todo tu corazón de un modo saludable. Esto significa no tener la necesidad de aferrarte sino amar desde la libertad de escoger’.
Disfruten.

José L. Stevens
www.thepowerpath.com


Cortesía de Tahíta 

Un Mil Bendiciones y UnMás
Sol Monasterio




                                                                                       

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