Tuve una conversación informal con alguien que practicó Ho’oponopono para resolver sus problemas financieros. El manifestó que Ho’oponopono no funcionó en su caso y que no comprendía cómo tantas personas recibían las bondades del proceso y, sin embargo, con él no funcionaba. Estaba desconcertado y decepcionado.
Para ayudarle un poco, le pregunté cómo hacía su técnica, es decir, cuáles eran los pasos que realizaba para efectuarla y con qué expectativas se manejaba.
Una de las creencias que frecuentemente acompaña la práctica de un principiante, sin mucho conocimiento de Ho’oponopono, es que es inmediato, instantáneo, como si se tratara de una varita mágica. Las personas, a menudo, piensan que dirán qué es lo que “necesitan”, cómo, cuándo y cuánto necesitan.
Un problema financiero, como cualquier otro problema que se presente en nuestra experiencia, es una memoria, es un “programa”. Yo NO sé cuál es ese programa. Por eso, cuando identifico algo que experimento como un problema, en este caso, uno
financiero, lo que hago es apelar a la Divinidad para que ese programa
que me está haciendo sentir de determinada forma, sea borrado y
transmutado en LUZ PURA.
No
puedo ir a la Divinidad y decirle: “Mira, yo tengo este problema...
necesito $xxx para el jueves que viene a las 5 de la tarde... en
billetes de $50...”. Dios no es el “chico de los mandados” y, por otra
parte, en realidad, ese no es exactamente el problema.
El problema es el programa. La memoria. El pensamiento erróneo que se repite y vuelve a tocar en el subconsciente como un disco rayado... Y eso es lo que pedimos a Dios que limpie, libere y transmute en cero.
Cuando
identifico algo que entra en mi experiencia que me hace sentir
preocupado, angustiado, fuera de la PAZ, en DESEQUILIBRIO... lo que
quiero es restaurar la PAZ.
Para eso, apelo a la Divinidad, dentro de mí:
“LO SIENTO, PERDÓNAME POR FAVOR POR ESA PARTE DE MI QUE HACE QUE EXPERIMENTE ESTO”, “GRACIAS POR LA OPORTUNIDAD DE BORRAR ESTA MEMORIA. GRACIAS POR PERMITIRME LIBERARLA Y LIBERARME” ó “GRACIAS, TE AMO” ó simplemente “TE AMO”.
Allí TERMINA tu trabajo y comienza el trabajo de la Divinidad.
Si
quieres “liberar”, si quieres que se borre, entonces... déjalo ir!!!...
sólo déjalo en manos de quien SI SABE. No puedes dar directivas a la
Divinidad. No sabes qué está ocasionando eso que experimentas. La
Divinidad sabe... entonces... DÉJALA HACER!!!
Si viene una
inspiración... lo sabrás. La inspiración es algo que permanece en tu
interior y resuena con fuerza. Y la mayor parte de las veces... tiene un especial buen humor... es DIVERTIDA!
Si
te quedas en la culpa (porque mi jefe..., porque mi trabajo..., porque
el gobierno...), buscando el responsable afuera... no te sirve, no te
ayudas. No estás permitiendo a Dios actuar. Sólo asumiendo el 100% de responsabilidad permites la liberación de ese programa.
En
Ho’oponopono, todos los problemas y dificultades que enfrentamos no son
más que memorias, programas, datos erróneos que se repiten en nuestro
subconsciente. Cuando aceptamos esta responsabilidad (haber creado,
aceptado y acumulado estos datos) y solicitamos el borrado, salimos de
la culpa y entramos en el estado de gratitud, entrega y amor. A medida
que practicamos Ho’oponopono, Dios reemplaza esos datos con SU LUZ.
Y el estado de PAZ es restaurado. Pero no como nosotros queremos ó esperamos que se resuelva... NOSOTROS NO SABEMOS QUE ES LO MEJOR PARA NOSOTROS. La Divinidad lo resuelve del mejor modo para nosotros, del modo y en el momento que Ella considera que es perfecto y correcto.
Y el estado de PAZ es restaurado. Pero no como nosotros queremos ó esperamos que se resuelva... NOSOTROS NO SABEMOS QUE ES LO MEJOR PARA NOSOTROS. La Divinidad lo resuelve del mejor modo para nosotros, del modo y en el momento que Ella considera que es perfecto y correcto.
Entonces, hay que estar abierto, confiar en Dios... que SI sabe lo que hace y confiar en que lo hará de la mejor manera....
KA MALUHIA O KA I.
Un Mil Bendiciones y Una Más
Sol Monasterio
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